EGOÍSMO POSITIVO 2017
Hoy era un día diferente de
carreras y se acabó convirtiendo en unas de las mayores experiencias que he
podido vivir en mi vida.
Sé que soy afortunado de poder
disfrutar de nuestro deporte favorito y también se puede trasladar a la vida
cotidiana. Pero sobre todo días como el que vivimos el domingo en Madrid me
hacen darme cuenta de lo afortunado que soy de poder vivir esta vida de la
manera que lo estoy haciendo, sin ninguna exclusión en la sociedad.
Empieza la crónica:
Todo empezó una semana antes de la maratón de Sevilla. Silvi mi mujer me comentó que una compañera de
su colegio que se llama Marta le había ofrecido la posibilidad de poder correr
la carrera de Bomberos de Madrid. Pero con una grandísima diferencia hoy no
correríamos para mejorar marcas, correríamos para mejorar la inclusión en la
sociedad de las personas con discapacidad física y compartir con ellos algo
que habitualmente no pueden vivir, que es cruzar una meta de una carrera. Aunque
algunos corren de lo lindo en su handbike o silla de ruedas por sus propios
medios. Por supuesto no me lo pensé ni un instante y acepté encantado, e hice
participe del ofrecimiento a mis compis del Einde y se apuntaron Bambino y
Bengala.
Así fue como empezó todo. Como
siempre que vamos a una carrera, quedamos pronto en Parla, para aparcar cerca
de la meta y subir andando a la salida que era en la famosa Puerta del Sol. Allí
habíamos quedado con Marta, Vanesa y la gente de la fundación de EGOÍSMO
POSITIVO, con tiempo suficiente para equiparnos con la camiseta de la fundación.
Esta vez dejamos nuestros colores pero por una causa importante. Era una mañana
fría pero esto no impidió que hubiera más de 100 personas comprometidas en ayudar
a algunas de las personas que tienen discapacidad física para poder cruzar
la línea de meta. Aunque la realidad de todo fue que quien recibió la ayuda fuimos nosotros.
Fue increíble el recorrido, salimos
los primeros para luego recibir el apoyo de los participantes. Nos paramos en
calle Gran Vía, para dar apoyo a los corredores y ellos a su vez con lágrimas
en los ojos nos daban las gracias. Estas personas tienen un corazón que no les
cabe en el pecho. La carrera fue una alegría, nos paramos en los puntos más
emblemáticos del recorrido para cantar, bailar y dar ánimos a los demás
corredores. La gente que estaba viendo
la carrera nos daba muchos ánimos durante el recorrido. Teníamos speaker,
teníamos un payaso controlando la carrera, teníamos un dj portátil que nos puso
temazos de música y sobre todo teníamos
ilusión por ayudar y colaborar con las personas que lo tienen más difícil que
nosotros para correr.
Durante la carrera pude compartir
kilómetros con personas que no conocía pero solamente con un minuto parecía que
nos conocíamos de todas la vida. Vi a un padre dando todo en ayudar a su hija,
a un chaval que tiene una voz que más quisieran muchos cantantes de este país y
así podía estar horas y horas describiendo lo vivido ayer por las calles de
Madrid.
Y luego está Marta, que es la
persona que nos ha permitido participar y disfrutar de la
carrera. Una persona que no tiene límites y se apunta a lo que haga falta. Cada
día imparte clase en el Colegio Maria Montessori, una corredora que con su
handbike compite en todas la carreras que puede.
Gracias por hacernos participar en un acto
como este. Un ejercicio de superación brutal, sin duda cruzar esta meta es una
de las cosas más emocionantes que he vivido en la vida.
Todos sabéis que mi hermano
Bambino y yo, todo lo hacemos por OSCAR. Él nos enseña todos los días que no
hay límite y que todos juntos tenemos que luchar para que nadie tenga ningún
límite para poder realizar cualquier cosa que le apasione.
SIN DUDA ALGUNA, YO AYER ME
LEVANTÉ PENSANDO EN QUE IBA A AYUDAR A LA GENTE QUE LO NECESITARA Y EN LA
REALIDAD FUERON ELLOS LOS QUE ME AYUDARON A MI, EN VOLVER A CREER EN UN MUNDO
MEJOR Y LA INCLUSIÓN EN EL DEPORTE Y EN EL MUNDO EN GENERAL DE LAS PERSONAS CON
DISCAPACIDAD.
Gracias y los Eindeman y
Eindewoman estarán cuando se nos necesite.
Aúpa El Einde
