MARATON DE NUEVA YORK 2016
POR SERGIO
Me gustaría empezar esta crónica
de una forma diferente. Os voy a relatar la historia de un chaval que tenía un
sueño de pequeño que era conocer Nueva York y otro cuando era más mayor que era
correr la maratón de Nueva York y que pude cumplirlos gracias a un accidente de
moto dos días antes de correr el Maratón de Valencia 2015.
La historia empieza un 10 de
Diciembre de 2015, era el día que tenía que recoger el dorsal para la San
Silvestre Vallecana. Nada más salir de la tienda de Nike Store de la calle
Serrano, me dispuse a coger el tren en la calle Recoletos y de repente vi a una
preciosa azafata en un stand del Banco Santander y me acerqué para verla bien.
Cual fue mis sorpresa que simplemente por correr 123 metros en una cinta
mecánica donabas 1 euro para una ONG y grababan el nombre en la camiseta de la
San Silvestre y participaba en el sorteo para un viaje a Nueva York para dos
personas con el dorsal incluido de la maratón. Así que sin dudarlo lo hice al
instante.
Nos remontamos al día 27 de Julio
de 2016, serían las 18.15 y me despertaba de mi siesta veraniega. Cuál fue mi
sorpresa que me pongo a comprobar whatss app y mail en el móvil y veo “ERES EL
PRIMER RESERVA DEL PREMIO PARA CORRER LA MARATON DE NUEVA 2016”. Lo primero que
hago es ponerme nervioso y lo segundo fue lavarme la cara para ver si era un
sueño. Comprobé el mail y me preguntaban si aceptaba ser reserva y tener la
posibilidad del premio en caso de que
alguno de los titulares rechazara el
premio. Por supuesto contesté afirmativamente. Menos mal que entró en la
bandeja principal pues solo tenía hasta las 9.00 am del día siguiente para
contestar. A los pocos minutos se pusieron en contacto conmigo vía telefónica,
por supuesto seguía en estado de incredulidad. Completé todos los datos y me
dijeron que al día siguiente me contestarían para decirme si era el ganador o
no. Toda la tarde estuve flipando,
cuando llegó mi mujer estaba dando saltos por toda la casa. Le conté lo que
había pasado y por supuesto se unió a dar saltos conmigo. Así somos los
Manso-Sánchez.
Al día siguiente la mañana fue
eterna y por fin llegaron las 12:00 am. Escribí a mi contacto del Santander y
me contestó al momento confirmándome que era el ¡¡¡ganador del concurso!!!. Me
puse a gritar y a saltar por toda la oficina.
No me lo podía creer, los concursos a veces tocan. Sí, un viaje para dos
personas con todos los gastos pagados y el dorsal para poder disputar el
maratón más importante del mundo. Por fin mis sueños se verían cumplidos.
Un mes después tras volver de vacaciones empezó el duro entrenamiento que me había hecho mi amigo Juan. Me esperaban vueltas y vueltas al Angliru, tocaba meter kilómetros a las piernas, como siempre sobrado de tiempo pero sin lesiones ¿sería capaz de hacer un maratón sin algún tipo de tara?? Luego lo sabréis, tenéis que seguir leyendo.
Pasaron las semanas y por fin
llego el gran día de partir a cumplir mis sueños. Nos levantamos a las 5.30 AM
para salir al aeropuerto. Mi peque y yo rumbo a Nueva York. Otro país que
sumariamos a nuestra lista de
países. Llegamos al aeropuerto y nuestro
patrocinador el Banco Santander hacía su segunda aparición desde que nos
comunicaron el premio. Nos entregaron dos bolsas con chubasquero, camiseta y
gorra, junto con una agenda de actividades.
Empezamos a conocer a la gente de Sportravel (la agencia de viajes) y por supuesto a todos los corredores. Llegamos a NYC a la hora prevista y allí nos estaba esperando la agencia para llevarnos al hotel. Nuestro sueño era ya una realidad.
El primer día disfrutamos del
Midtown de Manhattan, la zona de Times
Square y sus espectaculares pantallas, las tiendas más famosas. Íbamos
caminando y decíamos esto me suena a una película jajaja. Sencillamente
espectacular. Sobre las 9.30 Pm nos volvimos al hotel ROW para dormir ya que
estábamos muertos del viaje.
Al día siguiente teníamos el
rodaje de 9 km por Central Park and Fifth Avenue, programado por el Santander
allí conocimos a nuestros integrantes del equipo del Banco Santander: Arturo,
Maria, David, Pablo y el gran Abel Antón.
Con unas vistas alucinantes y a un ritmo cómodo nos hicimos al final
unos 10 km. Pero claro corrimos por Central Park, la Quinta Avenida, Times Square
las piernas era lo menos importante ya que las vistas era lo que captaba
nuestra atención. Llegamos al hotel, ducha y rumbo a la feria del
corredor. Allí nos dejaron a nuestro
aire para poder recoger el dorsal, dar una vuelta por la feria del corredor y
hacer unas compritas. Es alucinante como lo tienen organizado (ya podían
aprender por Europa) podíamos probarnos la camiseta, te entregaban el dorsal
como si fueras un héroe y con la mejor de las sonrisas. Por supuesto la vuelta al recinto fue genial,
viendo el stand de Asics y compré las zapatillas de la maratón.
A las 12.30 pm habíamos quedado
en la puerta de la feria para ir a la sede de la LFP en Nueva York, para
hacernos unas fotos con el patrocinador principal y conoceríamos al 7 más
grande de España. Un señor de los pies a la cabeza y con una amabilidad
exquisita pudimos departir algunas palabras con él, para hablar de su vida en
Nueva York y sobre su primera participación en un maratón. Un crack, el amigo
realizó 3.26.00, una señora marca.
Por la tarde tocó la zona de
Brooklyn y la zona cero. Para terminar asistiendo al Basket para ver en directo
mi primer partido de la NBA (Brooklyn Nets vs Charlotte Hornets), increíble el
ambiente y el espectáculo que montan estos yankees. Perdieron los Net pero nos
daba igual, nosotros los pasamos de cine.
El sábado fue un claro ejemplo de
cómo se debe preparar una maratón, levantarte temprano ir de visita por la
ciudad, tomar cervezas en el bar más antiguo de New York y llegar al hotel
tarde. Pero la ocasión lo merecía mi gran amigo Javi estaba en Nueva York de
vacaciones y encima es un guía “profesional”, qué mejor para ver la maravillosa
ciudad de los rascacielos que enseñándome la otra parte de la ciudad que
sencillamente fue espectacular, parques, casas típicas, High Line, bares
clandestinos que son reposterías que luego entras y te trasladas a la época de
Al Capone.
Por fin llegó el gran día. Mi
único objetivo era terminar y disfrutar de la mejor carrera del mundo, así que
pensé que no tendría nervios, jaja que iluso soy. Me levanté a las 3.00 am con
un dolor de estómago y ya no pude dormir más, en fin.
Habíamos quedado a las 6.15 en el
Hall del hotel para llevarnos a Staten Island, la zona de salida. Teníamos que
estar más de 4 horas allí esperando, así que decidí levantarme sobre las 5.40
AM para hacer los rituales (Ducha y Baño).
Lo tenía todo preparado de la
noche anterior. El día que recogimos los dorsales nos entregaron una bolsa que
era el único modelo de bolsa que dejaron entrar al recinto, así que en esa
bolsa metí el dorsal, las camisetas para correr, geles, portadorsal, fruta y
agua. En el recinto nos daban café, baggle y barritas. Me llevé ropa vieja para
la espera ya que son 4 horas largas, y estábamos
en el suelo. Tuve la suerte de coincidir con una chica, María, que le había
tocado el mismo premio que a mí y salía en el mismo cajón de salida, así que
como no la conocía la espera fue amena ya que nos contamos nuestras vidas.
Por fin llegó el momento, última visita al baño. Me quité la ropa vieja, que se entrega a las personas que lo necesitan, y me puse la indumentaria para correr. Ya estaba todo listo, mes y medio de preparación, horas y horas en el parque dando vueltas, pero todo con el fin de poder disfrutar de la carrera.
Por fin llegó el momento, última visita al baño. Me quité la ropa vieja, que se entrega a las personas que lo necesitan, y me puse la indumentaria para correr. Ya estaba todo listo, mes y medio de preparación, horas y horas en el parque dando vueltas, pero todo con el fin de poder disfrutar de la carrera.
Ya estábamos a escasos metros de
la salida, más de 13.000 personas en mi turno de salida. El himno americano
sonando de fondo y un cañonazo (así reciben a los héroes en EEUU), los nervios a
flor de piel. La emoción del momento entró en mí y se me escaparon unas
lágrimas. Me acordé de mi mujer que siempre me anima y me acompaña a todos los
sitios, por supuesto de mi familia y del motor de mi vida, mi sobrino Óscar.
Allí estábamos, en Nueva York, para correr por sus calles y dar a conocer el
síndrome de mi sobrino.
Salimos con todo el mundo
gritando y emocionado, yo quedé con mi compi Maria que iríamos juntos por lo
menos hasta el kilómetro 25. Fui marcando el ritmo y fuimos charlando y haciendo
fotos. Salimos de Verrazano Bridge y de fondo Manhattan, sencillamente
espectacular. El puente son 1.5 kms y allí entramos en Brooklyn, no sé si podré
explicar lo que sentí en ese momento, la realidad es que una ciudad entera nos
estaba esperando allí, cientos de miles de personas dejando su vida solo para
darnos ánimos. La primera parte es
genial, va pasando por calles cada vez más llenas de gente. Desde el km 8 al 10
fui chocando manos por un lateral como si fuéramos profesionales. El mensaje de
mi camiseta caló entre la gente, todo el mundo me decía “GO ÓSCAR!!!”.
Los primeros 10 km los estábamos
llevando al ritmo establecido. Haciendo fotos por todos los sitios, se pasó muy
rápido y así llegamos al Barrio de Queens, las enormes avenidas abarrotadas de gente nos abrían el paso a este
majestuoso barrio. Fue recorrido muy
cómodo esta primera parte, con la gente gritando y animando a los corredores,
pasamos otros 10 km y ya llegábamos a la media maratón. En el km 12 tal y como
tenía previsto me tomé el primer gel de cafeína, un chute de energía que
siempre viene bien pues con el clamor de la gente te vienes arriba con mucha
facilidad jajaja. Qué decir de los avituallamientos cada dos millas. Gatorade y
agua nos esperaba en cada uno, era increíble, más de 200 personas en cada
puesto. Con tanto líquido, tuve que hacer una paradita en el baño y había gente,
así que me toco esperar jajaja. Con una gran sonrisa completamos la media
maratón, justo en ese punto dejábamos Queens y llegamos a Manhattan. Y llegamos
desde mi punto de vista, a la parte más dura del recorrido, no por la altitud
si no por pasar del bullicio de la gente al único ruido del pisar de las
zapatillas por el asfalto. Este punto es el famoso puente de Queensboro, allí
decidí cambiar el ritmo, mi compañera se quedó e hizo su carrera.
Tenía ganas de llegar al km 28 o
milla 17 que era el punto donde Sportravel había puesto el punto de animación,
y estaba esperándome mi preciosa mujer. Tenía ganas de verla y por eso me pare
a charlar un poco con ella jajaja y así descansamos un poco jajaja.
Me dio muchos ánimos y sobre todo
me lleno de fuerza para el final. Estábamos corriendo por la 1 Avenida
abarrotada de gente con los edificios majestuosos, un marco incomparable para
correr. En ese punto fui adelantando “cadáveres”, los españoles animándonos
entre nosotros fue genial.
Volvimos a salir de Manhattan por
el Williamsburg Bridge para entrar en el
barrio judío de Brooklyn, el sitio más peculiar de la maratón para mí, la gente
callada y sin animar, ya que su religión prohíbe hacer algo diferente que no
sea ir a misa. Volvimos a cruzar a Manhattan y allí llegamos a la marcha
autentica del Bronx. La gente en la calle, grupos de Góspel, chicos cantando
Hip Hop. La realidad, es un puto espectáculo. Llegamos al famoso “The Wall”
estaba triste sentía que la carrera se estaba terminando y yo quería más. Disfruté corriendo por esos barrios míticos
un negrata como yo, jajaja. Salimos de Harlem y entramos en la famosa 5
avenida, ya tocábamos la meta, pero nos esperaba la gran sorpresa del
recorrido, del km 35 al 40 fue la famosa subida que nos había avisado Raúl.
Apreté los dientes y fui poco a poco, ojo estaba corriendo por el Upper East
Side jajajaja por tierra de Serena y Blair. Terminó ese pequeño muro y
entrabamos a Central Park, volví a ver Silvia y me acompañó unos 500 metros.
Ya estaba hecho, que ilusión me hizo hacer esos km con ella, la familia es fundamental para poder preparar un maratón. Como siempre, llamé a mi hermano para disfrutar con él un tramo de la carrera, y por supuesto a Juan, mi entrenador y amigo para que disfrutara conmigo los últimos metros.
Los últimos metros son para mi gordo, mi motor, lo más grande. Intento poner mi granito de arena para ayudarte en todo lo posible. Pero sobre todo te doy las gracias por ser como eres, por ayudarme en los momentos más duros, pensando que tú siempre consigues todo lo que te propones. Gracias Oscar eres lo más grande y te quiero más que a mi vida. Tu tío pollo.
Ya estaba hecho, que ilusión me hizo hacer esos km con ella, la familia es fundamental para poder preparar un maratón. Como siempre, llamé a mi hermano para disfrutar con él un tramo de la carrera, y por supuesto a Juan, mi entrenador y amigo para que disfrutara conmigo los últimos metros.
Los últimos metros son para mi gordo, mi motor, lo más grande. Intento poner mi granito de arena para ayudarte en todo lo posible. Pero sobre todo te doy las gracias por ser como eres, por ayudarme en los momentos más duros, pensando que tú siempre consigues todo lo que te propones. Gracias Oscar eres lo más grande y te quiero más que a mi vida. Tu tío pollo.
Cruzamos la meta con un tiempo de
4:20:54, me encontraba genial y lo más importante lo disfruté al máximo. Otro
detalle a tener en cuenta es que nada más
terminar nos colgaron la medalla de finisher y nos entregaron un poncho
de forro polar que bien venía en ese momento, allí nos encontramos más
españoles y salimos juntos. Y hasta en el camino para salir es espectacular,
porque sales por la puerta de Central Park más cercana al hotel Dakota donde
murió John Lennon, flipante y por supuesto me cambié de ropa y continúe viendo
la ciudad.
Luego Silvia y yo nos fuimos para el hotel para cambiarnos y ponernos elegantes para ir a cenar con mi amigo Javi y su mujer Zuri, para hacer un fin de fiesta brutal, copita mirando el Empire.
Luego Silvia y yo nos fuimos para el hotel para cambiarnos y ponernos elegantes para ir a cenar con mi amigo Javi y su mujer Zuri, para hacer un fin de fiesta brutal, copita mirando el Empire.
Gracias a todos mis amigos y mis
compañeros del Einde que siguieron como iba por la app de la Maratón de Nueva
York. Esta carrera la corrimos todos juntos.
Mi primer Major y mi tercer
maratón, el sueño de un maratoniano. Quiero dar las gracias a la organización,
a los voluntarios y por supuesto a la ciudad de New York por tratarnos como
héroes y patriotas, a Sportravel una empresa de 10 con personal de 10 que nos
han tratado como si fuéramos su familia y por supuesto al Banco Santander que
me ha permitido poder cumplir mis sueños.
Quiero dar las gracias a Juan
pues él me entrena sin ningún tipo de beneficio, tiene que aguantar mis
protestas por ponerme muchos entrenos por el parque Angliru pero en días como
este, te das cuenta que son esenciales para aguantar un esfuerzo como es correr
una maratón, sin sufrir casi nada.
MUCHAS GRACIAS AMIGO
Gracias peque por aguantar tantos
entrenos y horas fuera de casa. Sin ti esto nos sería posible y eres una parte
esencial en mi vida. GRACIAS PEQUE POR CUMPLIR A TU LADO MIS SUEÑOS.
Es una crónica del viaje completa, espero que os guste tanto como a mi.
Aúpa El Einde